Actualmente existen páginas que difunden fotos y/o videos no autorizados de mujeres y menores de edad, con características sexuales.  Esta práctica me hace cuestionar si se trata de pornografía o trata de mujeres.

Estas páginas cuentan con métodos de pago para el acceso de fotografías y/o vídeos a través de transferencias electrónicas y depósitos en tiendas de conveniencia.

Sin duda algo que más me llama la atención son los planes de pago mensuales desde $150 hasta $300 pesos mexicanos. Y no conformes, también existen planes anuales, semanales, quincenales y descuentos para los clientes “fieles”.

Las páginas no solo difunden la intimidad de las mujeres, sino que, las pone en peligro compartiendo datos personales.

Trata de mujeres o pornografía

La CNDH define a la trata de personas como «la promoción, ofrecimiento, facilitación, traslado para sí o para un tercero, a una persona, por medio de violencia física, moral, a partir de engaños o el abuso de poder para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados.»

La pornografía para la Real Academia Española es una presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación.

Kathleen Maltzahn se pregunta: ¿qué sucede cuando el mundo virtual de la red toma un concepto que sugiere el movimiento real de personas?, ¿qué sucede cuando se combina la trata con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)?, ¿dónde termina la pornografía y empieza la trata de imágenes?, ¿algo de todo esto importa para los derechos de las mujeres y el desarrollo? y ¿podemos hablar de la trata de imágenes o la trata sólo se aplica a las personas?

A la mujer en cuestión no la han hecho cruzar ninguna frontera internacional, pero a su imagen sí. […] Muchas de las fotografías tienen la apariencia de las que se usan en el modelaje, y tal vez las mujeres que aparecen en ellas nunca hayan tenido la intención de que esas fotografías se utilizaran para hacerles publicidad como prostitutas. Algunas de las mujeres tal vez ni siquiera sepan que sus fotografías están en sitios de Internet.

La autora dice que hay dos formas de ver las TIC en relación a la trata y a otras formas de violencia contra las mujeres:

• Habilitan una forma completamente diferente de ejercer violencia contra mujeres, niñas y niños; permiten tipos o frecuencias de conductas que antes eran muy inusuales o infrecuentes.
• Pueden producir cambios culturales que extiendan de manera significativa la aceptación de la violencia y normalicen prácticas que previamente se consideraban inaceptables.

Otras formas de violencia contra la mujer

El poder y la violencia sobre el cuerpo de las mujeres sigue siendo consumismo para el patriarcado.  Estas prácticas provocan acoso, cultura de la violación y violación a los derechos humanos.

También es necesario que tengamos en cuenta si la pornografía y la trata se deben tratar por separado o como temas que se superponen. Cuando las imágenes virtuales pueden resultar perjudiciales a personas reales, determinar si el concepto de “trata” necesariamente implica el movimiento físico adquiere una nueva urgencia desde la perspectiva de los derechos de las mujeres.