Vanessa Guardia trabaja como enfermera en un hospital público de la ciudad de Mérida, Yucatán. Debido a la pandamia su trabajo es atender a pacientes con covid-19. Sin embargo, los trabajadores y trabajadoras de la salud no cuentan con el material suficiente para atender a los pacientes.
Por ello, se han ganado la insignia de «héroes» y «heroínas» de la salud, pues no han parado su labor a pesar de los riesgos que corren.
Finalmente, el 12 de enero de 2021, el gobernador de Yucatán recibió la primera remesa de vacunas contra el covid-19, para el personal de salud.
Al saber la noticia, tenía que entrevistar a Vanessa porque obtuvo la vacuna contra el covid-19:
Por fin llegaron las vacunas al estado de Yucatán y fuiste una de las primeras ¿qué se siente tener la vacuna?
Me siento más protegida que nunca. También me siento privilegiada ya que, la vacuna solo fue implementada y aplicada para el sector salud; es decir, médicos y enfermeros.
Me siento una heroína.
¿Cómo fue el proceso para la vacuna?
El proceso fue que mediante un correo y una llamada telefónica. Nos dieron la noticia de que la vacuna ya había llegado a nuestro estado y que seríamos los primeros en ser vacunados.
Mi nombre estaba en la lista y fue mi decisión adquirir o no la vacuna. Obviamente acepté y el día 13 de enero a las 10 a.m. se me aplicó.
¿Cuál fue tu experiencia?
El día llegó (13 de enero de 2021) y había protocolos para poder ingresar: la guardia nacional y el protocolo de sanitario. También estaban los representantes de México, quienes supervisaban y llamaban uno por uno (conforme el nombre y presentado la identificación oficial) para la aplicación de la vacuna.
Después nos dejaron en observación por 30 minutos para vigilar que nadie presentara reacción y en vigilancia de 24 horas.
Ahora siento que tengo inmunidad de sobra para atender a los pacientes.
El egoísmo de los países ricos
La OMS critica el egoísmo y la distribución de los países ricos frente a las vacunas del covid-19:
- En 49 países de ingresos altos y medios se han distruibuido 39 millones de dosis de vacuna.
- En un solo país de ingresos bajos se han distribuido 25 dosis de vacuna.
«Yo primero» no solo deja en riesgo a las personas más pobres y vulnerables del mundo, sino que también es contraproducente, y, en última instancia, acciones de este tipo solo prolongan la pandemia, las restricciones necesarias para contenerla y el sufrimiento humano y económico.
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