El poema «X (mi padre después de morir)» forma parte del poemario Una muerte prolongada. Inspirado en el poemario Algo sobre la muerte del Mayor Sabines/Maltiempo/Otros poemas sueltos, de Jaime Sabines.
El día que murió mi padre fue una madrugada fría del 10 de noviembre;
ese día fue triste para el mundo
porque se había ido la persona que le daba calor a la tierra.
El día que murió mi padre,
mi mundo se derrumbó por un segundo,
mi corazón dejó de latir y el aire me faltaba;
caí al suelo y me quebré -mi corazón también-
fui a parar al suelo sin saber que habías muerto,
pues una noche atrás me había despedido de ti.
Hoy, una semana después, el mundo sigue igual,
pero mamá no deja de llorarte;
aún guarda tu foto y duerme contigo todas las noches,
tus hijos (mis hermanos) juegan a olvidarte,
salen, comen, se ríen,
pero desde lejos se les ve la tristeza.
Yo, por mi parte, sigo aquí,
intentando, fingiendo ser feliz.
Hoy, es el día de tu muerte y me encuentro en aquel cuarto
-mi cuarto- donde te gustaba pasar los fines de semana
y me cuesta tanto mirar la cama vacía;
le hace falta algo, le haces falta tú.
Tú me haces falta, le haces falta al mundo,
a los árboles, al agua y al aire.
Hoy, el día de tu muerte nos haces falta, papá.
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