Hace seis meses decidí mudarme a la Ciudad de México; todos mis familiares, amigos y conocidos me decían que no me vaya ya que, la CDMX es insegura y peligrosa. Sin embargo, siempre he sido una persona aventurera y decidí vivir la experiencia y no dejarme llevar por lo que la gente me diga.

Tengo que reconocer que los primeros meses fueron un poco difíciles puesto que me costaba entender a la ciudad, a su gente y al estilo de vida.

No creo que la Ciudad de México sea tan insegura como dicen, pero sí creo que tiene algunos aspectos que te hacen pensarlo y de ahí sus prejuicios:

• Los conductores no respetan a los peatones ya que casi no ceden el paso. Por ejemplo, cuando el semáforo está en verde para que pasen los peatones, algunos carros siguen pasando y tienes que esperar a que dejen de pasar o simplemente cruzar la calle, esperando no ser atropellado.

 

• En algunas horas pico del metro, hay ciertos grupos organizados que se las ingenian para robar artículos como celulares y/o carteras. Además, si eres mujer tienes que soportar y sufrir acoso  (y toqueteos) de parte de los hombres. También, es muy difícil encontrar gente que te ayude ya que en el metro no hay mucha gente solidaria.

 

Los prejuicios que se tiene de esta ciudad son muchos e impiden que la gente realmente conozca cómo es la CDMX. No voy a negar que la CDMX es insegura porque es claro y visible que lo es comparada con otros estados de la república. Pero, a pesar de todas las cosas malas que tiene la ciudad [o que la gente imagina], nadie te dice que una vez que la conoces la Ciudad de México te enamoras de ella, de su vida tan caótica, tan rápida, tan llena de vida.